También abakuá o
ñañigo. Miembro de la sociedad secreta, de esclavos negros, en sus orígenes,
únicamente de hombres. En Cuba, hay antecedentes desde 1824, e incluso mucho
más tempranos, desde 1812, debido a un informe policial sobre el negro José
Antonio Aponte, relacionado con “la conspiración de Aponte”.
Esta hermandad de
socorros mutuos es originaria de Calabares (Viejo Calabar), en localidades
costeras y subcosteras del sureste de Nigeria, cerca de la frontera con
Camerún. Abakwa proviene de abak (primero)
y wa (residir) de clara estirpe carabalí: “los habitantes
originales”. En relación con el vocablo ñañigo —que parece surgido en Cuba—, el
sabio Fernando Ortiz comenta en su Glosario de afronegrismo que
la voz puede ser de origen congo (ñaña + ngo), es decir
leopardo misterioso, maldito, mágico. El lingüista Sergio Valdés Bernal afirma
que viene de ñaña, “hombre imitador”, y ngo,“leopardo”,
que significa “hombre leopardo”.
Joaquin Bayaka y Ralph Alpizar
En el Diccionario provincial casi
razonado de voces y frases cubanas, de Esteban Pichardo, editado en La
Habana en 1875, el autor remite a la voz diablito, o sea, “el negro vestido
ridículamente a modo de mamarracho o arlequín que el Día de Reyes anda con su
cabildo, dando brincos y haciendo piruetas…”
Tato Quiñones manifiesta que el ñañiguismo es
la trasplantación en América, de una sociedad esotérica africana, con los
mismos rituales, creencias y lenguajes, cantos, instrumentos, música y
propósitos de defensa social de sus miembros, como lo era en sus lugares de
origen. Después de 170 años de organizada, tiene decenas de miles de asociados
y representa un vigoroso rebrote de la cultura africana en las ciudades de La
Habana, Regla y Guanabacoa, así como en los puertos de Matanzas y Cárdenas.
Las asociaciones abakuá o ñañigo, sin duda
alguna, son de las primeras instituciones fundadas por cubanos, cuyos objetivos
son la solidaridad y la defensa de sus intereses. Los Cabildos de Nación,
cofradías de negros esclavos en los que les permitían agruparse según su
origen o nacionalidad, fueron los antecedentes directos del ñañiguismo.
Los grupos abakuá o ñañigo siempre estuvieron
integrados, desde el principio, por negros: esclavos o libertos, pero nacidos
en Cuba criollos. Los gobiernos, tanto el colonial, como con posterioridad
los republicanos, les imputaron muchas falsedades: todo envuelto en tenebrosas
historias de criminalidad, sacrificios humanos y “brujerías”, más legendarias
que verdaderas. En la actualidad, la sociedad ñañiga no es sólo de negros,
también se “juran” mulatos, blancos y, por excepción, algunos canarios y
peninsulares. Salvo ciertos cambios intranscendentes, se mantienen las
liturgias ancestrales que le dieron origen.
La visión que se tiene de un abakuá o ñañigo
ha ido evolucionando con el tiempo, debido a los estudios que han realizado
distintos investigadores cubanos y al propio desempeño de algunos de sus
miembros a lo largo de la historia patria.
En este sentido, es increíble el encomio que
hiciera José Martí de Tomás Suri, ñañigo mambí emigrado a Cayo Hueso, quien se
empeñó en aprender a leer para así convertirse en un mejor abakuá o ñañigo y un
mejor cubano; se destaca también la leyenda de los cinco negros de esa cofradía
que intentaron rescatar al hermano de leche de uno de ellos, Alonso Álvarez, o
quizás Anacleto Bermúdez; ambos formaban parte de los ocho estudiantes de
medicina que fueron fusilados en 1871, y que durante el intento, al atacar
a un grupo de “voluntarios”, fueron prácticamente destrozados y
después enterrados de limosna en el cementerio de San Antonio Chiquito (actual
necrópolis de Colón), sin nombres ni datos; así como la hermosa leyenda que
cuenta como después del fracaso de la Guerra Chiquita, los ñañigos le
organizaron una escolta a Antonio Maceo; o aquella que asegura que los jefes de
abastecimiento de las tropas insurrectas en La Habana y Matanzas eran ñañigos.
Más recientemente, también se cuenta del batallón de Matanzas que peleó en
Playa Girón en 1961, que estaba integrado por varios abakuá o ñañigo.
AUTOR: EL MUNDO DE LOS BRUJOS.
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