domingo, julio 08, 2018

Abakuá o Ñañigo



También abakuá o ñañigo. Miembro de la sociedad secreta, de esclavos negros, en sus orígenes, únicamente de hombres. En Cuba, hay antecedentes desde 1824, e incluso mucho más tempranos, desde 1812, debido a un informe policial sobre el negro José Antonio Aponte, relacionado con “la conspiración de Aponte”.

Esta hermandad de socorros mutuos es originaria de Calabares (Viejo Calabar), en localidades costeras y subcosteras del sureste de Nigeria, cerca de la frontera con Camerún. Abakwa proviene de abak (primero) y wa (residir) de clara estirpe carabalí: “los habitantes originales”. En relación con el vocablo ñañigo —que parece surgido en Cuba—, el sabio Fernando Ortiz comenta en su Glosario de afronegrismo que la voz puede ser de origen congo (ñaña + ngo), es decir leopardo misterioso, maldito, mágico. El lingüista Sergio Valdés Bernal afirma que viene de ñaña, “hombre imitador”, y ngo,“leopardo”, que significa “hombre leopardo”.
 Joaquin Bayaka y Ralph Alpizar

En el Diccionario provincial casi razonado de voces y frases cubanas, de Esteban Pichardo, editado en La Habana en 1875, el autor remite a la voz diablito, o sea, “el negro vestido ridículamente a modo de mamarracho o arlequín que el Día de Reyes anda con su cabildo, dando brincos y haciendo piruetas…”

Tato Quiñones manifiesta que el ñañiguismo es la trasplantación en América, de una sociedad esotérica africana, con los mismos rituales, creencias y lenguajes, cantos, instrumentos, música y propósitos de defensa social de sus miembros, como lo era en sus lugares de origen. Después de 170 años de organizada, tiene decenas de miles de asociados y representa un vigoroso rebrote de la cultura africana en las ciudades de La Habana, Regla y Guanabacoa, así como en los puertos de Matanzas y Cárdenas.

Las asociaciones abakuá o ñañigo, sin duda alguna, son de las primeras instituciones fundadas por cubanos, cuyos objetivos son la solidaridad y la defensa de sus intereses. Los Cabildos de Nación, cofradías de negros esclavos en los que les permitían agruparse según su origen o nacionalidad, fueron los antecedentes directos del ñañiguismo.

Los grupos abakuá o ñañigo siempre estuvieron integrados, desde el principio, por negros: esclavos o libertos, pero nacidos en Cuba criollos. Los gobiernos, tanto el colonial, como con posterioridad los republicanos, les imputaron muchas falsedades: todo envuelto en tenebrosas historias de criminalidad, sacrificios humanos y “brujerías”, más legendarias que verdaderas. En la actualidad, la sociedad ñañiga no es sólo de negros, también se “juran” mulatos, blancos y, por excepción, algunos canarios y peninsulares. Salvo ciertos cambios intranscendentes, se mantienen las liturgias ancestrales que le dieron origen.

La visión que se tiene de un abakuá o ñañigo ha ido evolucionando con el tiempo, debido a los estudios que han realizado distintos investigadores cubanos y al propio desempeño de algunos de sus miembros a lo largo de la historia patria.

En este sentido, es increíble el encomio que hiciera José Martí de Tomás Suri, ñañigo mambí emigrado a Cayo Hueso, quien se empeñó en aprender a leer para así convertirse en un mejor abakuá o ñañigo y un mejor cubano; se destaca también la leyenda de los cinco negros de esa cofradía que intentaron rescatar al hermano de leche de uno de ellos, Alonso Álvarez, o quizás Anacleto Bermúdez; ambos formaban parte de los ocho estudiantes de medicina que fueron fusilados en 1871, y que durante el intento, al atacar a un grupo de “voluntarios”, fueron prácticamente destrozados y después enterrados de limosna en el cementerio de San Antonio Chiquito (actual necrópolis de Colón), sin nombres ni datos; así como la hermosa leyenda que cuenta como después del fracaso de la Guerra Chiquita, los ñañigos le organizaron una escolta a Antonio Maceo; o aquella que asegura que los jefes de abastecimiento de las tropas insurrectas en La Habana y Matanzas eran ñañigos. Más recientemente, también se cuenta del batallón de Matanzas que peleó en Playa Girón en 1961, que estaba integrado por varios abakuá o ñañigo.

AUTOR: EL MUNDO DE LOS BRUJOS. 

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