martes, diciembre 04, 2012

La naturaleza dual del testigo durante las consultas con los oráculos Yoruba.



Estimados lectores dándole mayor continuidad y amplitud de 
conocimiento,  queremos en este momento compartir con ustedes 
este muy buen material realizado por Ifá Pagano (Ojuani Ni Shiddí), esperamos que sea de su gran agrado.






           Usted le pregunta a cualquier sacerdote de los Orishas de la diáspora afrocubana: ¿Cuántos son los testigos en una consulta con el diloggún o con las semillas sagradas de Ifá? e inmediatamente le contestará que son cinco, pero al pedirle que identifique a esos cinco testigos comenzará a divagar, pues son muy pocos los que saben el significado de los cinco caracoles o las cinco semillas sagradas de Orunmila que no participan en la adivinación, y casi ninguno sabe que el testigo de Ifá y de Osha es uno solo y no cinco. Si el sacerdote de Ifá conoce bastante bien la mecánica al contar a Orunmila, le dirá que los cinco adeles testigos significan: “Cinco son los servidores de la vigilancia de Ifá”, pero eso es todo, de allí no pasará en sus respuestas. Pero… ¿Por qué el sacerdote de Osha e Ifá de hoy en día, no conoce el oráculo que maneja? Pues sencillamente porque le ha dado la espalda al estudio de lo que profesa, para él no es necesario conocer a profundidad el oráculo con el cual pretende guiar a otros, pues su vida sacerdotal es pragmática, solo se conforma de que la consulta con alguno de los oráculos yoruba le proporcione dinero suficiente, y eso es su única satisfacción; y es que la gran mayoría de los sacerdotes de los Orishas, solo repiten como loros lo que oyen de otros religiosos; llegan a tal punto, que muy a pesar de que en su moyugba para comenzar una consulta, saludan al Sol, a la Luna, al cielo y a los astros, pero le dirán sin empacho alguno, que la astrología nada tiene que ver con la Osha e Ifá, pues el fetichismo ya se los tragó de un solo bocado. Es por eso que continuaré escribiendo sobre el origen astrológico de Ifá y la Osha, y no me importa que me condenen por mi cosmovisión, pues hasta ahora no he conseguido un digno rival que se atreva a cuestionar seriamente lo que afirmo en mis escritos, y ello se debe principalmente a la falta de estudio de muchos de los que profesan la religión de los Dioses yoruba.


                  Dice el signo de Ifá Ogbeká, que el destino personal y colectivo del hombre está escrito solamente en dos lugares, en el cielo y en sus manos, es por ello que los oráculos de Ifá y de Osha están basados en la lectura del cielo zodiacal; así que tanto el diloggún como la consulta con las semillas sagradas de Ifá, están basados en la astrología ancestral, y en la cual solo predominaban los planetas observables a simple vista. No obstante, no se debe soslayar al oráculo del Obi, el cual en estos tiempos fue reducido a solo cinco letras, y condenado a responderSI o NO, cuando este oráculo pertenece a Oshupá y describe perfectamente a las fases de la Luna. Lo cierto, es que para comprender el significado de los cinco caracoles y las cinco semillas sagradas de Ifá, hay que acudir al “tetragrammaton”o estrella de cinco puntas, la cual simboliza al microcosmos, y por ello es la figura del hombre en la tierra;  es bueno recordar en este momento, que la astrología es una inter relación entre el microcosmos y el macrocosmos, pues a cada movimiento de los astros en el macrocosmos, le corresponde uno de igual magnitud en el microcosmos. Si observamos la figura del comienzo del artículo, notaremos que a cada caracol le corresponde una parte del cuerpo humano, y que cada una de esas partes está regida por seis de los planetas fundamentales. La cabeza está regida por el planeta Júpiter, y por ello representa la mente del ser humano; las extremidades superiores, es decir las manos, están regidas por los planetas Marte y Venus, los cuales representan lo masculino y lo femenino, es decir el Ying y el Yang que vive en nosotros; las extremidades inferiores están regidas por Saturno, pues el destino personal y colectivo depende de nuestras piernas y adonde nos lleven; finalmente en el tronco se ubican los dos luminares, el Sol y la Luna, los cuales simbolizan el espíritu y el alma respectivamente; de manera que cada caracol tiene un Orisha como dueño, el diloggún de la cabeza pertenece a Obbatalá, el de la mano derecha a Oggún, el de la mano izquierda a Oshún y el de ambas piernas a Orunmila en sus caminos material y espiritual (si se observan detenidamente la posición de los dos pies del hombre, el sacerdote de Ifá bien preparado, se dará cuenta que allí se representan el “Eje de Poder” y el “Eje de la conciencia” del ser humano).
                     El círculo interior se obtiene mediante la unión de los cinco vértices de cada punto de la estrella, cuyos ángulos miden cada uno 72°, y que al multiplicarlos por las cinco puntas de la estrella completan los 360° de la esfera celeste. El círculo exterior es paralelo al círculo interior y ambos conforman el doble círculo en la ilustración, el cual contiene a la novena esfera, es decir la zona de la eclíptica donde se encuentran las constelaciones del zodíaco, y se hallan insertados los siete planetas personales.  Pero lo cierto es que la estrella de cinco puntas, al igual que los cinco caracoles o cinco semillas sagradas de Ifá, deben asumirse como una unidad llamada hombre, pero no se trata de un hombre común el que servirá de testigo a la consulta, pues su naturaleza es dual, es decir él representa lo humano en la figura del consultando, pero también representa lo divino a través del mensajero de los dioses yoruba. Para entender la naturaleza divina del testigo se debe recurrir a la numerología y la significación del número cinco. La sumatorias posibles para obtener el cinco (obviando la propiedad conmutativa de la suma) son: (4+1)=5; y (2+3)=5, en el primer caso el cuatro representa la multiplicidad y el uno la unidad, de manera que en ese caso, el cinco simboliza la creación del universo. En el segundo caso que es el que nos interesa, el número dos representa el principio universal de polaridad, el cual es manejado por Elegbara y su octava superior Eshu, y el número tres, amén de simbolizar al mensajero de los Dioses yoruba, también alude a la unión de cuerpo, espíritu y alma, el cual es gobernado por el planeta Mercurio, fuente originaria de las energías de Elegguá. Pero lo interesante, es que el número cinco, por el solo hecho de portar la ley de bipolaridad, inserta en el hombre el libre arbitrio; y es así como los cinco caracoles o cinco adeles de Ifá durante la consulta a Orun (el cielo), en realidad es un solo testigo de naturaleza dual, pues en él convive lo humano en la figura del hombre o la mujer que se consulta con Ifá y/o la Osha, y también lo divino en la figura de Elegbara.
Rubén Cuevas
Sacerdote de Ifá y astrólogo

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